La atracción hacia el peligro y la muerte es uno de los temas más recurrentes del cine a lo largo del tiempo. Puede que forme parte de una necesidad humana de ver sufrir a personajes ficticios para poder exorcizar, quién sabe, algunos sentimientos que todos llevamos dentro. Es posible que este sea uno de los motivos que hayan catapultado al éxito actividades sociales como los escape room. En ellas, un grupo de personas viven en sus propias carnes situaciones, a veces, totalmente inmersivas que levantan dosis de adrenalina y te hacen preocupar por tu propio bienestar a pesar de saber que se trata todo de una gran mentida. Como Hollywood tiene puesto siempre su mirilla hacia cualquier moda con la que poder ganar dinero, no tardaron mucho en llevar dicha actividad al cine."Escape Room: Sin salida", con una correcta dirección de Adam Robitel, es el nombre que se ha decidido poner a un título que bien se puede catalogar como un simple drama de supervivencia. En él, sus personajes deberán luchar contras las pruebas, y contra sus propios demonios internos, para poder superar unos puzzles presuntamente inocentes, pero realmente mortales.